Me recontra gusto, hamacarme a gusto mientras sentía sus flautas entrar y salir, mas mirándolas al espejo como me abrían mi cueva. Mirar aquello, sentir como me la clavaban, mientras tenia otra pija esperando, me llevo al orgasmo.
Mi orgasmo fue impresionante, avasallador, y solo atine a tirarme sobre Sergio, para montármelo a caballito, pero así sobre el borde de la cama, deje mi colita bien apuntada a la polla de Amadeo.
Amadeo, me la acerco, acomodándola suavemente. Al momento que comenzó a metérmela, aun sin salir de aquel orgasmo impresionante, alcance a susurrar, - Eso, eso es lo que quiero, amorcitos….. Las quiero a las dos adentro-
No debe haber sensación más sabrosa para quienes como yo gustan de coger con locura, que sentir que te penetran dos vergas a la vez.
Quizás sea por eso que comencé a llorar como desesperada, contorneándome como víbora por parir, sacándome años y años de contención sexual. Como enajenada, no quería que pararan de cogerme, y hasta me enoje cuando me la sacaron para cambiarse de lugar. Quería tenerlos bien adentro.
Se fueron.
Esa noche cuando llego Cesar, encontró a su mujer descansando a causa de una supuesta jaqueca, que en realidad eran los cuernos de su marido, pero la casa estaba en orden. Se avecinan las pascuas, y pronto se que ellos volverán.